La caída de los senos viene determinada por el efecto de la gravedad y las variaciones de volumen en la propia mama, especialmente por la lactancia y fluctuaciones de peso, determinando que la piel y los ligamentos de sujeción de la mama cedan, lo que provoca que ésta caiga y se sitúe en una posición más inferior, con la areola y pezón a nivel o por debajo del pliegue inframamario.